lunes, 20 de junio de 2011

Pintando el aire


La expresión adquiere formas muy diversas y contempla conceptos demasiado amplios para que una sola disciplina pueda abarcar la totalidad de su intención. El arte se concibe principalmente por la vista, sin embargo, hay muchas maneras de experimentarlo. El tacto del rugoso lienzo, la espesa pintura, los sonetos dedicados a los placeres más triviales de la vida, las canciones, las películas que cuentan pequeños retales de historias.
El arte lo abarca todo y aún así no somos capaces de entender que el arte también inspira al olor, las sombras y luces de un cuadro muestran una fragancia, como los colores se plasman en una paleta.
Esta original idea ha sido concebida por diferentes químicos y pedagogos tras observar miles de obras de arte. El coleccionista Ernesto Ventós ha sido el impulsor de la exposición Olor color. Química, arte y pedagogía (del 8 de junio al 25 de septiembre en el Arts Santa Mónica, Barcelona) para expresar la fragancia obtenida tras la contemplación de 88 obras.
Los tonos se convierten en notas olfativas dibujando una sintonía en el aire. Es asombroso como el olor impregna las cosas y las dota de significado. Cada persona tiene un olor característico, el perfume mezclado con el olor natural y la piel dan una combinación única, una huella dactilar.
En el proceso de creación, el autor compone su pieza con una olor rondando a su alrededor, y aunque él puede que no lo sepa se instala en su obra y la dota de pequeños detalles.
La colección IUNCTA de a-couple también tiene su olor, aunque para la mayoría pase desapercibido. Huele a invierno, a leña, a casa y sobre todo a pino. Sus creadoras idearon las piezas yendo y viniendo, pero cada vez que pasaban por Sant Just, delante del bar donde a veces se reúnen, una parte del bosque de pinos se instalaba en sus narices y se colaba entre los dibujos, dándole un aire protector y natural, especial a su manera y demasiado corriente para que nadie lo entienda. 
Bruno
Si os fijáis, la prenda que más ha absorbido la fragancia es el jersey Bruno, entre los pliegues del tricot podéis tocar los pinos y sentir el calor casero, aquel que solo proporciona la seguridad del hogar.  






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