jueves, 9 de junio de 2011

La importancia de llamarse Ernesto


Los nombres, sobre todo los propios, dotan al objeto de un halo distintivo, los hacen más reales y a la vez los diferencian de los otros. Muchos de los inventos no se hacen tangibles hasta que no tienen un nombre, una palabra especial para designarlos.

a-couple (pronunciado en inglés) cobró vida a través de un nombre y con esa premisa surgen las prendas de las colecciones de la marca. Al diseñar la prenda influyen muchos elementos: la música que suena en ese momento, el olor que llega a través de la ventana, el libro de cabecera o un personaje que sutilmente se instala en tu mente.
La mayoría de las personas cuando oímos un nombre lo asociamos a alguien o a algo. ¿Cuántas veces te ha caído mal alguien por llamarse igual que un viejo conocido tuyo? El nombre juega un papel importante, porque tras el aspecto físico, lo primero que conocemos de una persona o un objeto nuevo es su nombre.
La colección Iuncta, llena de entresijos y líneas depuradas, guarda en su interior mucho más que tejidos, cada prenda revela un poco de sí misma a través del nombre. No son nombres escogidos al azar, sino que representan, de un modo u otro, a alguien.

Emma

Un claro ejemplo es la chaqueta Emma. La pieza clave de la primera colección tiene un nombre muy familiar para a-couple. La piel de vacuno, tersa y suave, moldeable y única, evoca de manera conmemorativa a cierta persona; el nombre se convierte en una característica más de la prenda.
El nombre no siempre lo es todo, “una rosa, llamada con cualquier otro nombre, todavía huele a rosa”, ciertas son las palabras de Shakespeare en boca de Romeo. Sin embargo aunque la rosa mantengo su olor, el nombre la dota de un delicado misterio que la hace irresistible.
Así, ocurre lo mismo con las prendas, cada una guarda en su interior una historia que cada persona la hace propia al evocar sus propios recuerdos en busca de alguien o algo que quedó grabado  en su memoria.


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