En las calles antiguas de Barcelona, cerca de la muralla romana, se presentaba este fin de semana el primer showroom de la Galeria Corretgers. Entre los edificios de piedra gris y las calles llenas de historias, a-couple mostraba su colección Otoño/Invierno 2011-212.
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Colección Iuncta |
Entre el sonido de algunos acordes, Laia Garcés y Núria Martí, responsables de a-couple, recuerdan como se conocieron. Laia es la encargada de explicarnos esa historia, mientras la otra parte de a-couple se dedica a twittear todo lo que sucede a nuestro alrededor.
A Laia se le iluminan los ojos cuando recuerda los primeros días en la Universidad, ella que venía del bachillerato tecnológico nunca había estudiado nada de arte y, sin embargo, había aprendido a dominar la física.
Los primeros días siempre son difíciles. No conoces a nadie y todo el mundo parece conocerse entre sí. El destino, o la mala memoria de Núria, hicieron que ambas se conocieran en el bar. Núria le pidió a Laia los apuntes de la clase que se acababa de perder, “fue así, no?” le pregunta Laia a Núria mientras me lo cuenta. Y efectivamente así fue.
A partir de ese día en el bar empezaron a hacer trabajos juntas. Se entendían a la hora de diseñar y planificar y tenían un carácter parecido a la hora de reivindicar los derechos de los estudiantes.
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Núria Martí y Laia Garcés |
a-couple proviene de esos días en que los plazos de entrega y los exámenes agobiaban a los estudiantes. Núria y Laia siempre iban al despacho de los profesores a reclamar más tiempo, más recursos, más de todo. Cuando algún docente de ESDI abría la puerta encontraba allí a “la parejita” con sus quejas en los labios y su lucha en los ojos.
Laia lo relata mientras se trenza el pelo. No para de gesticular y Núria la contempla, asiente de vez en cuando con la cabeza, y vuelve a twittear tarareando la música del joven grupo que se prepara para tocar.
“Mi madre es música y tengo el ritmo en la sangre”, dice Núria. Laia lo corrobora y me explica que a la hora de poner música en el estudio siempre es Núria la que decide la lista. Desde fuera parecen el yin y el yang. A una le gusta saber el porqué de las cosas y a la otra el sonido que producen, la belleza que irradian. Una conoce todos los grupos habidos y por haber y a la otra le gusta la compañía de la radio y sus anónimas voces. Son tan diferentes, que parecen hermanas. Comparten un núcleo que las une y a la vez necesitan diferenciarse la una de la otra para no ser las mismas. Es difícil de explicar con palabras, simplemente tenéis que observarlas mientras hablan de la colección.
IUNCTA es la primera colección que ve la luz. Es la primogénita pero pronto tendrá compañía. Intento que me den más información de la nueva colección, pero se encierran en sí mismas y me prometen que en cuanto puedan mostrarla lo harán, de momento es secreto de sumario. Núria va colocando las prendas que algunos interesados se han probado. Y mientras va ordenando de forma automática la colección me explica como de una idea ha surgido esa prenda llena de detalles.
“Laia y yo hacemos una búsqueda de imágenes, determinamos un tema y luego quedamos y la ojeamos”. Una vez tenemos el concepto o tema desarrollamos las líneas generales, “no la prenda” dice Laia, sino un poco la estructura. Una vez tiene eso, en su cabeza aparecen los detalles y las texturas. “Hasta que no tenemos montada, más o menos, la colección, no le damos el toque de color”, nos explica Laia.
Este modus operandi proviene de la Universidad, cuando sus profesores les indicaban que de ese modo era menos probable sufrir el miedo de la hoja en blanco. Ha llovido bastante desde ese primer encuentro en el bar de la facultad, ahora son responsables de a-couple y el agobio no proviene de los exámenes, ahora su mayor preocupación es sacar adelante las nuevas colecciones.
Ahora los acordes se han convertido en canción, Laia saluda a los nuevos visitantes y Núria vuelve a tararear y twittear. Se deben a su público y no hay nada mejor que la música en directo y las calles de Barcelona para ir promocionando a-couple.