lunes, 27 de febrero de 2012

De tul y gasa


Hoy la vida de la moda estaba puesta en la ceremonia de los Oscars. El Hollywood más cool vuelve tras años de haber dejado el glamour en casa, pero lo importante de esta ceremonia, en nuestra caso, es que el cine inspira a la moda. 

La Dama de Hierro puede haber inspirado la colección de Chanel, ya que en el último desfile el azul, en todos sus tonos, lleno la pasarela del avión. Los Descendientes puede que influya esta primavera, con las bermudas camel de Clooney o los estrechos pantalones de la hija de este en el film.  O puede que Moneyball haga que las chaquetas deportivas se vuelvan a poner de moda, las gorras y ese estilo de la década de los 50 tal y como puede ser el caso de Mi semana con Marilyn.


Sin embargo, The Artist, la gran triunfadora, se ha llevado el Oscar a mejor vestuario. Los vestidos a media rodilla, los abrigos de pieles, los flecos rozando las rodillas formaran parte de la tendencia del próximo año.
Los turbantes que enmarcan el rostro, un maquillaje duro y exquisito, los labios rojos, el smoking como parte del atuendo masculino y la libertad de movimiento en cada baile le dan a las escenas movimiento y sonoridad, aunque simplemente la banda sonora acompañe al espectador durante su duración. 

Al ver su vestuario me vino a la mente uno de los vestidos más alegres de a-couple. Alegría, libertad, esperanza son algunos de los adjetivos, aunque nada comparado con el roce de la tela y los sincopados movimientos de los flecos. 

Vestido de la coleccion EQUES de a-couple

sábado, 11 de febrero de 2012

Vestida para triunfar

En un momento dado todo estalló y la verdad se mostró.
La sensación de vivir un gran momento, que a veces se nos revela, y otras se comprende minutos después de haberlo vivido, ocurre últimamente tan a menudo que no somos capaces de apreciar el valor de estos.
Cuando varias estrellas o personalidades con duende se juntan acaba ocasionando un estruendo demasiado brillante y exagerado, donde muchas anécdotas se pierden y solo sobreviven aquellos que han sabido mantenerse en sus altos zapatos durante la eclosión.
La entrevista que Jean Paul Gaultier le hizo a miss Gaga fue algo parecido. Tenías la sensación de que iban a saltar chispas, pero el savoir faire del parisino dejo un gusto amargo a una entrevista que se preveía íntima y poco convencional.
Los dos ataviados con sus rarísimas galas y la promoción en forma de un cura y una monja en actitud rebelde dejaban al espectador la necesidad de perversión en forma de pregunta y respuesta.
Todos sabemos que un libro no solo es su portada, pero sin embargo, es un factor fundamental en la compra. La moda permite ilustrar cada detalle de la personalidad. Sin embargo, una entrevista – documental tiene que envolver cada fotograma de un misterio y al juntarse en la sala de edición cada una de las palabras debería ser una pequeña parte de un plan cuyo fin fuera desvelar a los pequeños monstruos algo más allá de lo meramente superficial.
Pero hay veces que las expectativas quedan reducidas a una pequeña llama que va quemando poco a poco el resto del programa, y las tórridas respuestas que buscaba el espectador se intuyen antes que las preguntas del creador. Y entonces te das cuenta que los grandes momentos siguen siendo pocos.